Hoy he ido a la escuela con mi hijo, ha sido un regalo, verle compartir con l@s niñ@s que acompaño, con esa autenticidad, paciencia natural, empatía, ha sido fascinante.
L@s niñ@s entusiasmad@s, le rodeaban, le miraban, le han hecho uno más de la manada.
Al llegar hemos ido a el aula de psicomotricidad, y ha sido una explosión de movimiento, juego, risas, correr, gritar, lanzar, .... todo en armonía. Había tres niñas llorando porque querían ir con su ama, y él venía a cada rato a verles, a dedicarles unas miradas, unas sonrisas.
Les ha ayudado a cualquier cosa que necesitaran, subir a un sitio, lavarse las manos, ponerse un jersey, atarse los zapatos, pelar una mandarina,...
Hemos estado él y yo unos diez minutos debajo de una encina gigante que hay en la escuela descansando un poco, y les ha cogido una bellota a cada un@.
Ha estado feliz, en su estado natural, tranquilo, y esa luz y amor nos ha llegado a tod@s, gracias Aimar por tu amor y tu luz en la escuela esta mañana.
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